“ÚLTIMA PESCA”: EL ACCIDENTE Y NAUFRAGIO DEL COLORAO

En 1979 era publicada la novela de Justing Scott, “El Cazador de Barcos”, que se convertiría en una de las obras de temas náuticos más leídas en todo el mundo, superada únicamente por Moby Dick.  En esta ficción un enorme barco (El Leviatán) arrolla salvajemente a una pequeña embarcación en la que resulta muerta la esposa del protagonista. En el mismo año, un hecho similar se produciría en las costas de España aunque con un número mayor de víctimas y pasaría a convertirse en una de las reclamaciones más largas que se han presentado ante los tribunales de España.

De esta manera he querido darle inicio a este caso cuya realización me fue propuesta por una de las personas que vio alguno de mis trabajos de Accidentes Marítimos (Youtube) sugiriéndome que hiciese un documental sobre un incidente ocurrido en España en 1979 con un barco pesquero y en el que habían fallecido varios marineros. Aunque en principio dudé en hacer el documental dado los años que han pasado y por ende, la escases de información que podría existir, logré encontrar los elementos principales del suceso, además de que el mismo se mantuvo vigente en los tribunales. Sin embargo, no me fue posible obtener fotografías de los barcos siniestrados por lo que las animaciones del documental fueron hechas con otros modelos. No obstante, el documental se culminó y se los dejo para que profundicen en el resto de los detalles del evento. Habiendo hecho esta salvedad procedo con la continuación del artículo.

La madrugada del 6 de abril de 1979, el  “Colorao”, un barco pesquero, navegaba por las costas de Arenys del Mar después de que su tripulación, doce en total, finalizara otra ajetreada faena de pesca. Sus ocupantes provenían de la comunidad de Adra, al sureste de España, y como suele ocurrir en la mayoría de los pueblos pesqueros, obtenían su sustento de la pesca. El itinerario del “Colorao” se desarrollaba desde hacía ya varios días y los marineros habían recorrido y echado sus redes en el área costera comprendida desde Adra hasta Arenys del Mar donde ahora se encontraban. Sin embargo, y pese a que tales embarcaciones contaban con sus sistemas de navegación no era difícil que en algún momento se encontraran en la ruta de otra nave lo que no significaba necesariamente que se produjera un abordaje. Pero en esta ocasión las cosas serían diferentes. La aparición de unas lejanas luces por el lado de estribor (derecha) del “Colorao” anunció la presencia de otra nave. En ese momento la mitad de la tripulación descansaba en sus camarotes y el puente estaba a cargo de dos hombres los cuales continuaron impasibles ante las luces de la nave que se acercaba. Momentos después el barco era perfectamente visible y su cercanía ya representaba un peligro para el “Colorao”. Sin embargo, este último continúo avanzando hasta situarse por delante de la proa del barco. Minutos después sería arrollado por el lado de estribor (derecha) y se iría al fondo del mar llevándose consigo a siete de sus tripulantes. Sólo cinco hombres sobrevivirían a este accidente.

Al día siguiente los diarios de Arenys del Mar publicarían la primicia de que el buque mercante Playa Dorado había arrollado al pesquero “Colorao” y que se habían iniciado las maniobras de búsqueda de varios marinos desaparecidos.

Llega el momento de preguntarnos las razones que llevaron a este fatídico desenlace, uno de los más sonados de la historia de España. Y debe reseñarse que, como suele ocurrir en cualquier accidente con víctimas, la verdad de lo que ocurrió fue un tema de preocupación en los procedimientos judiciales que se instauraron a raíz del siniestro. Sin embargo, no se llegó a determinar responsabilidad penal alguna y diez años más tarde el caso fue archivado. Pero el asunto se mantuvo vivo gracias a los familiares de los fallecidos que continuaron demandando la procedencia de la responsabilidad civil ante los tribunales, una lucha que no vería frutos sino hasta 2005 en el que después de que la primera decisión favorable les fuese revocada en segunda instancia, y que un recurso de casación recibiese el visto bueno de la Audiencia de Barcelona pudiesen ver satisfechas sus pretensiones.

En el fallo de la Audiencia de Barcelona se determinó que la razón del accidente obedeció a que el Colorao notando que se estaba poniendo en camino del Playa Dorada no detuvo su marcha sino que siguió adelante, siendo que las normas del Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes ordenaban que el pesquero debía ceder el paso (ya hemos señalado en un artículo anterior que las normas disponen que cuando dos barcos se cruzan el que viene por la izquierda debe ceder el paso). Siendo así ¿Por qué el Colorado no disminuyó su velocidad para permitir el paso al Playa Dorada? La razón obedeció, tal como recoge la sentencia, a la inexperiencia del marino que estaba al mando del “Colorao” (y que resultó fallecido) el cual no tenía suficientes conocimientos sobre la conducción de una nave y por ende no sabía cómo proceder en una situación como la que se le presentaba con el Playa Dorada (argumento este del que se valió la representación del Playa Dorada para establecer su defensa). De manera, que el accidente se ocasionó por la impericia e incapacidad de un hombre lo cual condujo a la pérdida de un barco y de siete miembros de la tripulación. Pero ¿Podría ser la culpa achacada únicamente a este hombre? Evidentemente que no, al menos en lo que respecta al “Colorao” puesto que el resto de los miembros de la tripulación no han debido poner su seguridad en manos de un marino que no tenía conocimientos para capitanear un barco. Pero debemos entender que tratándose de pescadores, entonces muy poco letrados y quienes tomaban el mando de sus barcos con una total ligereza (bajo el criterio de que el mar es grande y una colisión es un asunto de lo más improbable) cualquiera de ellos podía manejar un pesquero. Por su parte, la tripulación del Playa Dorada había alegado que no vio al pesquero (muy similar a la tripulación del Leviatan en el Cazador de Barcos), no obstante, la Audiencia de Barcelona también determinó su responsabilidad al no valerse de todos los instrumentos a bordo de la nave para detectar la presencia de otros barcos, de manera que ha debido avistar las luces del “Colorao” con suficiente antelación y, por ende, realizar cualquier maniobra tendente a evitar al pesquero lo cual también resultó violatorio del Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes. Este último punto determinó la procedencia de la responsabilidad civil en contra de la empresa propietaria del Playa Dorada y los demás obligados. Se podría deducir que lo que ocurrió en el puente del Playa Dorada en esos minutos previos a la tragedia fue la convicción por parte del capitán (patrón de cabotaje) de que su nave tenía el derecho de paso, por consiguiente, el pesquero debía detenerse y permitirle pasar y esa convicción había decidido su actuación desde el mismo momento de avistar las luces del “Colorao” (sería difícil tomar como cierto que no haya visto sus luces), podríamos asumir que en un último momento decidió alguna maniobra evasiva pero ya era demasiado tarde. 

Pero quizás lo más sensacional de este asunto es que sólo después de veintiséis años las víctimas del accidente, representadas por las viudas y madres de los marineros fallecidos vieron satisfechas sus pretensiones de indemnización, todo un record que en nada puede enorgullecer a un sistema de justicia.   

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10 Comments

  1. No todos eran de Adra, pero si la mayoría de ellos y los 5 supervivientes se salvaron gracias a mi tío que pudo recatarlos y salir él con ellos a flote.

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    1. Muchas gracias por ver y comentar. Me habría gustado contar con usted cuando hice este trabajo, hice algunos intentos de contactar a los familiares sobrevivientes sobre todo para que me dieran la descripción del Colorao y el Playa Dorada, de lo que no hay nada en la web

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  2. Buenas Sergi , yo soy nieto de uno de los dueños del Colorao ¿Quien era tu tio?

    Según tengo entendido 2 o 3 hombres eran de Arenys de mar los demás de Adra...

    Un saludo.

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  3. Interesante historia la de este accidente

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  4. Estaría bien conseguir fotos de estos dos buques. El accidente ocurrió como muchos otros, uno que iba y otro que venía. El que viene por la banda de estribor tiene preferencia, pero si es más grande que el tuyo, entonces tiene más preferencia. No sé el registro del Playa Dorada pero me imagino era más grande. En esa época los barcos ya llevaban radar y creo que piloto automático con el giroscopio. No sé lo que pasó, pero seguramente un cúmulo de circunstancias que desencadenó el enlace.

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    1. Según lo que puedo sacar en limpio despues de revisar la sentencia, es que el piloto del Playa Dorada a sabiendas de que tenía preferencia no alteró su curso argumentando que era el pequeño pesquero quien debía darle el paso y no él a aquel y esa convicción le asistió incluso ya estando sobre el Colorao. Hay ciertas personas que obran así, se ponen sobervios porque la razón les asiste aún pudiendo evitar una tragedia adoptando otra medida

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  5. Ya tengo más información. Fueron 270 Tm. del Playa Dorada contra 17 Tm del Colorao. Lo partió por la mitad y la tripulacion de popa junto al motor murió y los de proa se salvaron aunque antes estuvieron tiempo en una burbuja de aire que se creó. Fue de madrugada casi oscuro. Un suceso de desgracias. La familia se había endeudado para comprar el pesquero semanas antes. D.E.P.

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    1. Muchas Gracias por ver y comentar. Por cierto, el amigo, Antonio Rivera quien es uno de los decendientes de las víctimas puso a disposición algunas fotografías reales. En lo que tenga un tiempito actualizo el post

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  6. Realmente fue un al alcance del playa dorada,las declaraciones del patrón del playa dorada lo delató,iba abierto a el colorado 30grados y primero vio la luz blanca de popa del colorado,blanco y en botella leche.

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