"ABANDONADOS" EL ACCIDENTE Y NAUFRAGIO DEL SEWOL

 


 

Los accidentes de barcos pueden suceder por cierto número de circunstancias en las que el error humano tiene un papel preponderante y cuando el incidente ocurre en una nación que se estima entre las más desarrolladas del mundo y con la educación más avanzada que se pueda imaginar, tal noticia puede generar un gran revuelo.

El 16 de abril de 2014 el día comenzó de manera rutinaria para Corea del Sur, uno de los estados más desarrollados de esta parte del mundo y considerado como uno de los cuatro dragones de Asia. Podría decirse que la nación se encuentra entre las más vanguardistas de la comunidad internacional y sus adelantos en telecomunicaciones y tecnología figuran en la orden del día del mundo globalizado. Pero aquel día la partida de un ferry del puerto de Incheón, al norte del país, le proporcionaría en pocas horas una publicidad no bienvenida: un inquietante accidente se fraguaba en el horizonte. 

 

El Sewolf era un ferry del tipo ro-ro de unos 146 metros de eslora y 22 de manga. Había sido construido en Japón y tenía más de 18 años en servicio activo. Podía transportar hasta 180 vehículos y 20 contenedores y una carga máxima de pasajeros que se situaba en las 921 personas y 35 tripulantes.

Aquella mañana el ferry trasladaría a unos 476 pasajeros hacia el suroeste del país con destino a Jeju, una pequeña isla entre las muchas que pueblan el sur del archipiélago y cuya finalidad turística había sido fijada días antes como destino vacacional de los 330 niños y adolescentes que abordaron la nave.

Una mañana excesivamente nublada acompañó la partida del Sewolf de Incheon, pese a esto y sin mayores contratiempos se enrumbó a su destino. 

 


Las aguas territoriales de Corea del Sur, son eventualmente blanco de los embates de la naturaleza y los tifones pueden hacer sentir su presencia a cualquier barco que se encuentre en su área de acción, no obstante y a pesar de la espesa niebla el resto de los elementos se mantuvieron en calma y por largas horas el viaje transcurrió sin novedades aparentes. Pero cuando la nave se encontraba en las adyacencias de Jindo, una isla al suroeste del país, los pasajeros advirtieron un repentino giro a babor y a partir de allí el barco comenzó a inclinarse. En los informes de la investigación se pusieron de relieve dos tesis que de manera independiente pretendían explicar la razón del giro, la primera, que la nave colisionó con algún objeto semisumergido que ocasionó la ruptura del casco y una subsecuente entrada de agua, la segunda, que uno de los tripulantes, por alguna razón y acusando su inexperiencia giró repentinamente la nave causando el desplazamiento de la carga. Del mismo modo se puso de manifiesto que la nave, con una capacidad máxima de poco más de 900 toneladas, trasladaba 3.608 toneladas.

El barco siguió escorando paulatinamente, pero el capitán ordeno permanecer a bordo hasta que llegaran los equipos de salvamento, posteriormente declararía que no quería exponer a los pasajeros a los efectos del frío y las olas del mar hasta que llegaran los equipos de rescate. En contrapartida, los equipos de salvamento no llegarían al lugar sino una hora después tiempo durante el cual el capitán se mantuvo exhortando a los pasajeros a permanecer en la nave. Solo en el último momento ordenó abandonar la nave pero entonces ya era demasiado tarde y aunque varios botes de pescadores acudieron al rescate, el accidente se saldó la vida de unas 304 personas. 


Uno de los elementos más polémicos del accidente es que el capitán se aseguró de escapar del accidente con otros miembros de la tripulación dejando a su suerte a los pasajeros.  

Otro de los aspectos que más se cuestionaron fue la conducta de los estudiantes que, no obstante, percatándose de la sucesiva inclinación del barco no hicieron ningún esfuerzo por anteponer su propia subsistencia al cumplimiento de la orden del capitán, por lo que se concluyó que la formación de los jóvenes coreanos con un sometimiento absoluto a la autoridad y a la obediencia debida sin ningún cuestionamiento de su parte, no era una formación realmente acorde con una persona perfectamente razonable y que pueda ser parte de un futuro progresista.

Estos y otro legajo de acontecimientos colaterales tiñeron la reputación de una de las economías más prósperas de Ásia incluso resquebrajando los cimientos de sus poderes públicos.    

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